21 de diciembre. Con vuestro permiso.
Hoy pienso en vosotros. Hoy y siempre pienso mucho en vosotros. Cada noche en uno o en otro o en todos. Me hacéis pensar...
Me doy cuenta de que lo más importante que hay en la vida, lo que os tengo que ayudar a aprender antes que las mates o la gramática... lo más importante, es ser feliz y disfrutar de cada momento. Y eso vosotros lo sabéis mejor que nadie. Casi nos lo enseñáis a nosotros los adultos, cada día.
Dejad que la gente viva en vuestro corazón, hay sitio de sobra para todos. Porque vuestro corazón es muy muy grande.
Me he dado cuenta de que mi principal labor consiste en ayudaros a comprender que la vida tiene un gran valor, que es muy bonita. Que tenemos que experimentar todos los días la alegría de vivir, ya que a veces se nos olvida pensando en otras cosas.
Me he dado cuenta también de que el secreto para ser feliz es DE VERDAD pensar en los demás.
Cada uno tenéis que reafirmar constantemente vuestros puntos fuertes y los débiles, y también los de vuestros amigos. Y todos vuestros amigos tienen que hacer lo mismo con vosotros.
Debemos aprender que no somos perfectos, pero que cada uno somos inmensamente valiosos y que sin uno sólo de vosotros, nada de esto podría estar pasando.
Tenemos que vivir, no para conseguir tener un buen trabajo o un buen coche, o el último modelo de televisión o de consola de videojuegos... Tenemos que vivir para ser felices. Nada más. TODOS. Y estamos comprobando cada día que si uno no es feliz, no lo es nadie. Lo vemos cuando uno de los vosotros lo está pasando mal y lo comparte con el resto, todos nos sentimos mal e intentamos ayudarle.
Además de todo esto, veo que os esforzáis más en clase, que cada vez escribís mejor, que cada vez os quejáis menos de las tareas que no os gustan tanto pero que hay que hacer...
Os veo escribir y escribir sin parar en los cuadernos personales, puede pasar casi una hora sin que nos demos cuenta, sin cansarnos, sin que nos cueste... y eso es como un milagro.
Me ayudáis también a ser consciente de mis errores. De que yo tampoco soy perfecta, y que debo aprender a confiar aún más en cada uno de vosotros. Porque podéis hacer lo que os propongáis, y lo estáis demostrando cada día.
Gracias por ayudarme a comprender todo esto.
Os quiero mucho. A todos: Kike, Lola, Eloy, Hanan, Saliha, Karima, Bilyana, Rachid, Chaimae, Hayet, Andrea, Andrea, Quique, Luis, Cindy, Ana, Iris, Bernardo, Dafne, Rebeca, Elena, Ismael, Nahija, Silvia y Estefanía. Aunque no os lo repita todos los días. Os quiero.
¡Gracias compañía!
Gracias por compartir vuestros sueños, por entregaros, por vuestra alegría, por querer participar en esta aventura. No dejáis de sorprenderme.
Cristina.